“Votar en contra de la reforma eléctrica es votar en contra del pueblo de México y a favor de los intereses de los grandes consorcios nacionales y, de manera especial y particular, de las empresas extranjeras que sólo buscan seguir saqueando a la nación”, respondió el Alcalde Javier Lamarque Cano ante pregunta expresa durante el programa Diálogo con Cajeme.
Argumentó que dejar sin efecto la todavía vigente ley energética, significa que el Estado ya no estaría obligado a comprar toda la producción de energía que produzcan dichas corporaciones, que las mismas no se sigan financiando con el dinero del pueblo y minimizar la capacidad de autonomía de esas empresas privadas para que las decisiones sobre cobros, descuentos y cortes no sean arbitrarias; pues sólo les interesa las ganancias y no la prestación de un servicio público a la población.
Además, dijo, desde hace diez años en que se aprobó la actual ley de energía, prevalecen dos promesas sin cumplir, la primera es que bajarían los costos de las tarifas de consumo y la segunda, que se produciría más energías limpias, pero hasta el momento no ha sucedido y sigue afectando la economía de las familias mexicanas, sobre todo de las que menos tienen.
“Lo que ayer hicieron los diputados de la oposición, los legisladores del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano fue ratificar que el pueblo de México continúe subsidiando a las empresas nacionales y extranjeras, pese a la difícil situación por la que atraviesa la nación, lo que claramente se interpreta como un acto de traición al país”, manifestó Lamarque Cano.
Aclaró que lo que se pretendía al lograr una tercera parte de la votación, es recuperar el control mayoritario para el Estado sobre la generación, distribución y consumo de energía para disminuir costos de producción que incidan en tarifas más accesibles para la población.
